Exposición de Jimena Salas Perilli frente a la Comisión de Cultura del HCDN en relación a la discusión de la Ley Bases
Este discurso se leyó frente a la Comisión de Cultura del HDCN el 23 de mayo de 2024
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Estimados diputados, diputadas de la Nación, compañerxs, colegas, es un honor estar presente en esta comisión como representante de la Asociación Argentina de Editorxs Audiovisuales, EDA. Estamos muy agradecidxs por su invitación a este ejercicio de participación ciudadana, sin embargo, estamos preocupadxs.
Para los que no lo saben, lo que hacemos lxs editorxs audiovisuales es tomar todas las partes que se han creado para una película, una novela, una serie, incluso una noticia, y colocarlas dentro de una secuencia de imágenes y sonidos, de acuerdo a un mensaje que necesitamos transmitir. Con ese trabajo creamos un nuevo sentido que está dado sólo por la unión de esos dos elementos. Es algo muy apasionante y la política entendió, desde los orígenes de la imagen en movimiento, que allí se abría un camino para construir un relato, generar una emoción, evocar un recuerdo. Lograr la empatía. Hoy estamos aterradxs al ver cómo estas dinámicas de construcción de mensajes trasvasan las pantallas, convirtiendo a la política nacional en un territorio performático que afecta la vida de cada unx de lxs argentinxs. ¿Qué sentido se intenta crear cuando se une la imagen de la cultura a la imagen de la pobreza? La cultura audiovisual no es responsable de las malas gestiones de la política. Y como nunca quiso serlo, hace 30 años parió una Ley que nos financia y que garantiza el más justo y libre ejercicio de mercado: que lo que generamos nos permita vivir de lo que hacemos y a la vez, “reinvertir” en más cine, en más educación y en más cultura.
Nos preocupa este relato performático construído sobre la mala lectura de datos estadísticos que nuestra propia industria creó para interpretarnos como mercado cultural. Mientras todos los países del mundo, el nuestro y esta comisión entendió el valor social de la cultura, el plan del Estado va a contramano. 164 días con la industria detenida. Nuestro instituto de cine ha sido intervenido y su actividad está paralizada. Sus programas de fomento, extintos. Los proyectos aprobados en 2023, descartados. Las inversiones privadas que conseguimos para llevarlos a cabo, penden de un hilo. Con estas medidas, no sólo estamos privando al país de tener pantalla en los próximos dos o tres años, sino que hemos perdido cientos de puestos de trabajo. ¿Qué sentido se busca crear con este montaje estigmatizante que no da tregua? Estamos cansadxs y tristes.
Hace un año, este recinto prorrogó nuestras asignaciones específicas por 50 años para permitir que nuestros organismos puedan seguir funcionando. Hoy, nos enfrentamos a la posibilidad de que un ejecutivo superpoderoso coarte la pluralidad de voces. Y además lidiamos con la novedades del proyecto de Ley Bases, que también aprobó este recinto, que nos expone a ser eternxs empleadxs “en período de prueba”, incluso “socixs sin acceso a las ganancias” de nuestros antes empleadores, y sin la mínima protección ante el trabajo no registrado. Déjenme decirles que con este escenario, una mujer trabajadora de los medios audiovisuales está condenada. Y les pido permiso para expresarlo en estos términos porque últimamente parece que hemos olvidado los consensos que como sociedad sostuvimos durante décadas. Pero sí. Para nosotras, todas estas reformas impactan peor.
Necesitamos un Estado que abandone la provocación, las prácticas deshonestas en la comunicación, la política de shock, y se haga presente en el fomento y en la difusión de nuestra cultura. Que graven a las plataformas, porque allí se explota nuestro trabajo y nosotrxs no recibimos nada a cambio. Que se cumplan las leyes por las que hemos luchado. Lxs argentinxs estamos hechos de pedacitos preciosos de vestigios culturales y es por eso que nuestra producción es aplaudida en centenares de lugares en donde se valida el arte como tal. Sin ir más lejos, ayer un film argentino, realizado con apoyo del INCAA y en coproducción internacional, recibió el Gran Premio Semana de la Crítica en el Festival de Cannes. Seguramente, esos aplausos no forman parte de los datos que sesgadamente analiza el Gobierno como excusa para darnos la espalda, pero son parte de la foto que todo el mundo tiene sobre cómo somos lxs argentinxs y qué historias contamos.
Necesitamos un Estado que abandone la provocación, las prácticas deshonestas en la comunicación, la política de shock, y se haga presente en el fomento y en la difusión de nuestra cultura.
Por eso, les pedimos que hagan algo para devolvernos la posibilidad de trabajar, de sostener a nuestras familias, de seguir construyendo mundos posibles. Seguramente, si nos predisponemos a consumir cultura argentina con el mismo énfasis que consumimos cultura extranjera, nos encontremos en algún personaje, en algún decorado, en algún vestuario, en algún sonido, o en algún drama. Modifiquemos esas curvas que tanto obsesionan a algunos, equiparemos números, dupliquemos recaudaciones. Y tal vez, incluso, nos reencontremos como habitantes de este suelo y lo volvamos a querer. Para ir cerrando, también me gustaría expresarme como egresada de la ENERC, y como docente universitaria en un día de lucha como es hoy, para reafirmar nuestro compromiso con la educación pública, gratuita y de calidad en todo nuestro país. La educación audiovisual es liberadora para todos, pero fundamentalmente para quienes, porque no conocen el lenguaje, no se expresan. Es a ellos a quienes damos voz en las universidades nacionales, contribuyendo a su movilidad social ascendente. Sin educación para todxs, no hay futuro. Sin futuro, no hay cultura. Y sin cultura, no hay posibilidad de absolutamente nada.
Muchas gracias.
Jimena Salas Perilli
Editora audiovisual y docente
Secretaria de Relaciones Institucionales de EDA