La edición que no miramos

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A mis 40 y pico de años todavía encuentro gente que piensa que editar es poner un plano atrás de otro, encontrar momentos mágicos entre corte y corte, generar progresión, tensión, emoción y climas en una pieza audiovisual. Y no: editar es mucho más que eso. 

Y, spoiler alert, no hablo de plot points ni estructura dramática. 

Con los años siento que fui entendiendo un poco más lo que significaba el montaje en el engranaje audiovisual: la edición es esa pieza fundamental que hace que todo un proceso pueda brillar o caer en el olvido. 

Es todo eso que se lleva a cabo en una isla, ese lugar en el que raramente estamos solxs. 

La edición es casi siempre un proceso colectivo, porque no hay que confundir el operar una computadora con editar. Editar es otra cosa, es mucho más que corte, magia y corte. 

Recuerdo que en el segundo libro que hicimos con EDA, La primera mirada. Conversaciones con montajistas de Argentina, entrevistamos a Liliana Nadal, con quien justamente no compartimos edición, pero sí la post de un par de proyectos y aún así podría decir que nos hicimos algo más que conocidos. Algo así como amigxs golondrinas. Esa gente con la que generás una amistad por proyecto, algo con lo que la mayoría de lxs editorxs estamos familiarizados (y que gracias a asociaciones como EDA o SAE, muchas veces pueden convertirse en amigxs para toda la vida). Decía Lili en la entrevista: «También hay que decir que la sala de montaje es el mejor lugar para el director. Es un lugar de relax, de serenidad, donde están cuidados, no están nerviosos ni con la histeria del rodaje (...) Por lo tanto se establece una relación muy amena» (EDA (2021), La primera mirada. Conversaciones con montajistas de Argentina, Liliana Nadal, pág 19).

O como dice Anabela Lattanzio en el mismo libro: «Siempre trato de ser una persona agradable y de generar empatía con el director o la directora desde el lado que sea. (...) Tenemos que tener el mejor diálogo del mundo. Necesito que confíe en mí desde el material y el corte que yo le voy a entregar, en las elecciones que hago, en que no lo voy a traicionar, ni con el productor ni con nadie y en que voy a ser fiel a su idea de película. Lxs directores o directoras, necesitan una compañera de aventura y sos la única que les queda» (EDA (2021), La primera mirada. Conversaciones con montajistas de Argentina, Anabela Lattanzio, pág 208-210).

"Editar es ser esa mano que, por un lado palmea al director y le dice «tranquilo/a, todo va a estar bien» y por otro le puede decir «pará, esto no está bueno». Como dijo un amigo, editar es un proceso de despojarse del ego, pero no solo para quien edita, sino también para quien dirige".

Editar es ser esa mano que, por un lado palmea al director y le dice «tranquilo/a, todo va a estar bien» y por otro le puede decir «pará, esto no está bueno». Como dijo un amigo, editar es un proceso de despojarse del ego, pero no solo para quien edita, sino también para quien dirige. 

Editar a veces también es lidiar con la agencia, con el cliente, con lxs directorxs de una plataforma o canal, o productorxs, y no se trata de bajar la cabeza y hacer lo que te dicen, sino de poder ser contención y a la vez dirección de todo eso.

Es también ese proceso que se da con compañerxs de equipo del proyecto, pero incluso con aquellxs que comparten pasillo o almuerzos, y pertenecen a otros proyectos. 

Algunas personas aterrizan en la isla con la intención de «hacer las horas y marcharse». Negadas por las posibilidades que no se presentan para ellxs y que sí les llegan a otrxs, incluso hasta llegan a pensar, «si yo soy mejor que ese, ¿por qué no me llaman a mí?». Me pregunto, ¿qué significa ser mejor? Al margen de que la mirada es subjetiva, adaptarse a cada nuevo laburo, atravesar ese momento del timeline vacío, llegar cada mañana al trabajo con una sonrisa, y terminar con la misma actitud, son aspectos que algunxs minimizan y no logran reconocer como importantes.

Contar con lxs otrxs, y que ellxs puedan contar con unx hace toda la diferencia. Porque en definitiva, nadie se salva solx

Lo importante es esa red de contención y trabajo, como en la vida. Soy un ferviente creyente de que la mayoría de ofertas vienen más por cómo te manejaste que por cómo editaste. 

El cómo nos relacionamos con lxs otrxs hace nuestra carrera, hace nuestro paso. 

Por eso mismo EDA es importante: porque es un lugar más de encuentro, de formar lazos y vínculos.

En definitiva, como dijo y resumió perfecto mi hermana de la vida Mariana Quiroga Bertone: «cosecharás tu siembra». Por eso, repito: nadie se salva solo. La salida siempre es colectiva

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