Ojos de Video Tape

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Los pasos (Renzo Blanc, 2019), editada por Lucía Torres Minoldo (EDA) y Renzo Blanc (EDA).

La vida viene siendo eso que sucede dentro de mi monitor. Lxs amigxs se van de vacaciones, unxs cuantxs desconocidxs se sacan fotos por el mundo y yo me quedo en la isla conociendo quiénes son lxs que pusieron el cuerpo al guion que leí hace unos meses.

El trabajo consiste en mirarles, en todas las tomas de todos los planos. Así les vamos entendiendo, identificamos el timbre de su voz por si hablan fuera de campo, nos enteramos de cosas: un gesto recurrente, un desliz actoral. Entramos en el festival de las máscaras que en una toma, al fin, se caen. Y aparece el personaje real, que no es el de las letras escritas en papel. Es el que tiene la vida tibia de un cuerpo, alguien que realmente existe sobre la tierra. Ahora esta persona-personaje lleva otro nombre, pero su voz y sus palabras son las mismas. 

A mí lo que me da ternura es la inocencia.  Esa entrega total con la que una actriz o actor confía su imagen a la mirada de una desconocida, que en este caso soy yo pero podría ser cualquier otra, que va a observarle en soledad y a oscuras. Y después ya no es ternura, es miedo. La enorme responsabilidad de cuidar a estos seres expuestos y vulnerables, a los que podemos manipular como objetos que se cortan y se pegan. Porque la edición también es una relación de poder. 

A veces quisiera conocerles en persona, darles un abrazo fuerte y decirles no, no me conocés, pero te miré tanto a fin de año y hasta soñé que estábamos en un lugar juntas.

A veces quisiera conocerles en persona, darles un abrazo fuerte y decirles no, no me conocés, pero te miré tanto a fin de año y hasta soñé que estábamos en un lugar juntas. Y no era en una escena de la película, era en otra parte. Y tu imagen se me viene cuando preparo el mate, cuando estoy barriendo mi casa o camino hacia la verdulería. Y gracias a eso puedo entender dónde está la fuerza de tu personaje, qué cosas está bien o mal que haga dentro de la historia. Y cuando pienso en planos, siempre tienen tu rostro.

En el fondo me gustaría agradecerles por haber confiado en mí, por dejarme ser la primera en ver su trabajo. Pero sería ridículo. Nosotras moviéndonos acá, con cuchillitas entre las sombras. Y ellxs allá, tan frente a cámara, repasando sus textos del día siguiente. 

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